Poco a poco se acerca la fecha en la que el deslucido y viejo Poder, el Poder de la oligarquía financiera, de las élites económicas, del imperialismo rapaz y de los intereses monopolistas reclaman la repercusión de un acto que tiende a convertirse en un día de victoria para la clase dominante y de perdida y frustración para la clase obrera y las capas populares.
La actual situación de la clase obrera no es en ningún caso demasiado luminosa, pero es también tan cierto que el circo electoral año tras año obtiene cada vez mayor animadversión y descontento. Actitud ésta que hace reaccionar apresuradamente a las burguesías europeas, ya que un alto riesgo de abstención repercute indudablemente en la legitimización del sistema, plasmando en las urnas el monumental hartazgo que las clases más desfavorecidas están padeciendo con las continuas políticas de explotación y recortes.
Para lavar la cara de las instituciones burguesas y encandilar con su infundadocarácter democrático, el propio Estado burgués estimula la creación de nuevos partidos políticos, movimientos, organizaciones y demás estructuras que desde posiciones patrióticas y conciliadoras pretenden engañar a la clase obrera y al alto número del descontento popular. En España, existen diversos partidos izquierdistas o progresistas llamados a aglutinar parte de la desilusión que la crisis económica motiva en el panorama político actual. Tras haber alcanzado todo su protagonismo en los medios privados de comunicación, su principal cometido reside en arrancar un puñado de votos a la clase obrera y a las capas populares para entregarlas directa o indirectamente en favor de los intereses de la burguesía.
El imperialismo en general y el europeo en particular está sumido en una brutal y superior crisis, manifestada ésta en una crisis económica que no encuentra salida alguna y que año tras año impulsa una mayor oleada de explotación y miseria; torbellino que acaba damnificando siempre a los mismos, a las trabajadoras y trabajadores. La crisis económica ha provocado como no puede ser de otra forma una notoria crisis política, la clase política burguesa está siendo acusada, señalada y denunciada; es por ello por lo que resulta importante que todo ese descontento popular desemboque en la desaprobación total de la lógica burguesa, por medio de la abstención activa y consciente frente a las elecciones burguesas.
No hay ninguna opción obrera para estas elecciones, el imperialismo europeo no permite un desarrollo del movimiento obrero, no somos izquierdistas, no estamos en contra de la elecciones per se, estamos convencidos de que un verdadero Partido de la clase obrera puede y debe participar en el parlamento y en las elecciones, boicoteándolas categóricamente una vez que la conquista del poder sea inminente. Pero en estas elecciones y especialmente en el Estado no hay Partido que cumpla esas condiciones, por lo que la única opción obrera en estas elecciones, legitimadoras del imperialismo europeo, es la abstención activa.
En estos momentos de crisis revolucionaria universal, las tareas primordiales son las de trabajar en la preparación y educación del proletariado para la revolución, rechazando total y categóricamente en convertir a las organizaciones revolucionarias en apéndices del trabajo parlamentario y en un elemento puesto a su servicio.
Todo el descontento popular, toda esa ira obrera no puede ser sosegada por un voto inútil, por unas urnas ilegítimas, por un acto que no hará cambiar ni un ápice las aspiraciones de la burguesía y el penoso futuro de la clase trabajadora. La salida a esta crisis no viene de la mano de la papeleta oportunista, la superación de la crisis corresponde a la propia superación del capitalismo, a su destrucción y a la modificación profunda de las relaciones económicas.
Frente a estas elecciones europeas abstención activa y consciente, ante el descontento popular extender la propaganda comunista y fortalecer la organización revolucionaria.