Como cada año, por estas fechas cercanas a San Isidro, se repite con más frecuencia que nunca una celebración que, desde el punto de vista de nuestro colectivo, no puede tener otros calificativos menos despectivos que aberrante y vergonzosa. Nos referimos a las corridas de toros. Un evento ``cultural´´ que consiste básicamente en ver como un torero marea con su capa a un toro en una plaza para acabar matándole cruelmente delante de todos los espectadores y tras torturarle sádicamente (con diversos métodos, antes del espectáculo) propiciarle puyazos en el morro, clavarle repetidas veces banderillas por el cuerpo y finalmente clavarle el estoque en la aorta. Todo esto acompañado, por supuesto, del más casposo folklore español, donde no faltan banderas rojigualdas y gritos y adornos apestosamente españolistas.
Para nosotrxs, esto es deplorable, cuanto menos, y nos sentimos en la necesidad de denunciarlo. Este evento se viene arrastrando en nuestro país desde hace cientos de años, y realmente es vergonzoso ver como no hemos avanzado culturalmente nada en este aspecto. Sin duda es el reflejo de nuestra sociedad, en la que las malas costumbres perduran mucho más que las buenas, y no se erradican, aunque sea evidente el carácter tortuoso y cruel de esta tradición (o de muchas otras, como por ejemplo, las procesiones en las que la gente se flagela ``por amor a Cristo´´ u otras que reflejan, entre otras cosas, el arraigado machismo de nuestra sociedad).
También es reflejo del atraso cultural que vivimos en la mal llamada España, donde se conserva la muerte y la tortura animal como símbolo nacional. Por supuesto, este elemento cultural que, por cierto, siempre ha estado relacionado con el régimen franquista y con la burguesía, no es, en absoluto, compartido por los sectores populares de la población, ya que más de un 70 % de ésta afirma no tener ningún interés por esta burda tradición que solo responde a los intereses de los españolitos más caciques y casposos. Prueba de ello, por ejemplo, es que el Partido Popular en septiembre del 2012 autorizó la retransmisión de las corridas de toros por televisión.
Otro aspecto criticable de este bochornoso ritual, cuya puesta en escena tiene reservada la muerte segura del toro tras un doloroso proceso de tortura, es el hecho de que está absolutamente financiado con el dinero de los impuestos de cada unx de nosotrxs, y obviamente sin nuestro consentimiento y prescindiendo de nuestra opinión, como en tantas otras cuestiones.
Por todo esto, desde Barajas Zona Este consideramos las corridas de toros como una exaltación a la supremacía del hombre, al morbo y a la violencia en detrimento de los derechos animales, por lo que nos oponemos frontalmente a estas. No vamos a justificar nunca esta tortura que no es, ni de lejos un arte, ni un deporte ni una cultura.
¡NO A LAS CORRIDAS DE TOROS!
¡LA TORTURA NO ES ARTE NI CULTURA!
Barajas Zona Este
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